Si se cruza con una persona ciega parada en una esquina, pregúntele si necesita ayuda.
Para cruzar la calle u orientarlo hacia algún sitio, ofrézcale su brazo o su hombro. No la sujete ni la empuje delante de usted.
Si encuentra una persona ciega esperando transporte público, pregúntele cuál desea tomar. Para ayudarla a subir, sólo es necesario que le ubique su mano en el pasamanos. No sujete ni levante a la persona.
Para subir a un automóvil, ubíquele su mano en la puerta.
Para indicarle un asiento, acerque su mano al respaldo del mismo.
Ante una escalera, indíquele si esta sube o baja, al mismo tiempo que coloca su mano en la baranda.
Para orientar a una persona ciega, no utilice señas, gestos, ni palabras como "allá" o "ahí", ya que no podrá comprender esa referencia. Use palabras como "izquierda", "derecha", "atrás" o "adelante".
Para dirigirse a una persona ciega, háblele directamente a ella, no a través de terceros.
Hable naturalmente. No evite palabras como "ciego", "ver", etc.
Si se encuentra dentro de una oficina pública, pregúntele qué trámite desea realizar y oriéntela convenientemente.
POR SOBRE TODO: no tenga miedo.
Una persona con discapacidad visual puede manejarse con independencia como cualquier otra para desplazarse, viajar, estudiar, trabajar y desenvolverse en su vida personal. Sólo requiere ayudas puntuales, como las que mencionamos aquí. Creemos que cuanto mayor sea el acceso a la información, mejor conviviremos con la diversidad.
Tomado de: BIBLIOTECA ARGENTINA PARA CIEGOS
bac@bac.org.ar
www.bac.org.ar
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